Desarrollo de la vida en comunidad

"El mayor perfeccionamiento de los niños se produce a través de las experiencias sociales"
María Montessori
La cita de M. Montessori (1986), recalca la importancia de las relaciones sociales
dentro del aula ya que fomenta el desarrollo personal y natural de los niños.
Facilitando la adquisición de una serie de competencias a través de las cuales se va a ir
desarrollando su personalidad. La creación espontánea de una comunidad infantil es uno de
los resultados más notables del enfoque Montessori.
Según M. Montessori (1986), separar a los niños y niñas por género y por edades es un
error ya que es un aislamiento artificial que impide el desarrollo social. El agrupamiento
de niños y niñas de diferentes edades es una verdadera enseñanza ya que la mentalidad
de los niños en la etapa de educación infantil es tan próxima que permite una fácil
comprensión, es decir, entre ellos se establece una natural ósmosis mental, una
comunicación que raramente existe entre el infante y la persona adulta.
Con la separación por edades, se puede establecer un sentimiento de envidia hacia los
más inteligentes; ocurriendo lo contrario en aulas de diferentes edades, ya que admiran a
los mayores, sin tenerles envidia.
Alguna de las preocupaciones consiste en que el estudiante que enseña no pueda
aprender. Esto no ocurre ya que además de enseñar, perfecciona lo que sabe.

Las paredes deben ser divisorias, o incluso mejor abiertas de modo que el acceso de una clase a otra resulta fácil
y de este modo el alumnado es libre para ir a una u otra aula. Los niños y niñas tienen
un instinto de protección que les llama para asistir a los débiles, alentándolos y
consolándolos; éste es un instinto de progreso social.

En definitiva, entre los niños y niñas existe una fraternidad basada en el sentimiento
elevado, de esta manera, se observa que en el ambiente donde los sentimientos son de
nivel elevado se crea una atracción; del mismo modo que los mayores se preocupan de
los más pequeños y viceversa, los niños son atraídos por los nuevos, y éstos por
los que ya se hallan ambientados.